¿Para quien es trabajo?

Al principio del 2024 la preocupación por lo que sucedió (y lo que sabíamos que sucedería). Se habló de «apagón cultural» y, lo que nos ocupa ahora, «la cultura es trabajo» ¿Qué implica esta frase? Si la cultura es trabajo, quien es el trabajador? Teniendo en cuenta lo que implica trabajar y que esta palabra es usada como el único deber del humano. Que el trabajo, en general, está devaluado. La cultura, entendiéndola como hecho artístico, padece de esa pureza exagerada: «el arte pago no es arte». A lo que la pregunta es ¿Cuál es el incentivo a hacer arte si no existe la esperanza de vivir de ello? Vivir en el mejor de los casos porque también existe la versión que le toca a muchas bandas, perder en su inversión para poder tocar.

Texto Santiago Mansilla

Quiero hablar de una parte especifica de lo que se conoce como «industria cultural». La que toca más de cerca a las bandas y al público: tocar. Existen otras ramas y formas de reconocer una posible industria cultural, a veces establecida; otras veces a establecer. Conocemos la existencia de las discográficas, SADAIC, CAPIF, INAMU, el merch, los premios que acompañan a esa industria. Ni hablemos del teatro, cine, danza, artes plásticas y todas las ramas que pueden escaparse a la visión de un medio que se dedica, principalmente, a la música. Esa es la profesionalización necesaria para que la industria cultural crezca, no depender de tocar

Se empieza tocando

Lo cierto es que las bandas deben empezar tocando para poder llegar a otras opciones ¿Qué banda en su sano juicio invertiría en sus derechos de autor si no sabe como suenan en vivo y que recepción tienen? La propuesta: cuidar y respetar el lugar que sirve como muestrario para esa banda. Ojo con esta expresión «muestrario de bandas», mal leída puede ser tomada de una forma incorrecta y destructiva.

«Cuidar el espacio» habla de darles condiciones, que suenen lo mejor que se pueda. Que la banda no se desangre por organizarse para tener un lugar, que el público la pase bien y estén seguros. Generar un espacio que sea tan cultural como laboral. Este espacio hipotético debe ser la precuela de un caldo de cultivo para la creatividad y la sociabilización. Con esto quiero decir que hay que llegar a un acuerdo entre las partes.

¿Qué trabajos hay que coordinar en un show?

Las bandas y músicos son el centro de la escena, el centro más no el todo. Esa banda debe tocar en un lugar. Ese lugar debe tener la técnica necesaria. La técnica a sus técnicos. La banda puede plantear su show como, justamente, un show. Pensar en escenografía, vestuario, visuales, fotógrafos, filmakers. A esto sumemos la seguridad del lugar, los mozos y todo el circuito gastronómico, el encargado de la puerta. Si quisiera seguir este hilo, pueden incluirse hasta los electricistas que montaron todo. El show debe ser comunicado: diseño de flyers y su distribución. Los medios debemos ser honestos.

Esto es un resumen a grandes (grandísimos) rasgos. La idea es que detrás de un recital hay gente trabajando, esto no es un show, es generación de empleo. Todo lo mencionado se sostiene por una ínfima unidad de inversión: la entrada; para algunos también está el merchandising, no para todos. Con lo que aparece una pregunta más ¿Quién paga por todo este evento? Claramente el público. Es por ello que el público no solo merece que el venue esté en condiciones. Una experiencia que amerite la entrada pagada.

«Te pido por favor, que le pongas voluntad porque me encantaría ir de nuevo a un recital (…) no entiendo, no encuentro cual es el motivo de ir a tu banda»
A Mis Colegas – Harvassian

¿Qué nos queda a los medios?

Los medios y personas que trabajan de la comunicación debemos ser honestos. El párrafo podría terminar con eso pero es importante seguir. Honestos y curiosos, no enamorarnos de nuestras propias ideas y tener la curiosidad de conocer a una banda más y después a otra. Saber reconocer que es lo que ese artista tiene para ofrecer y no vender humo con palabras que, sin ser mentira, decoren una realidad. Acá entran demasiadas subjetividades y no soy yo quien vaya a negarlas. No hace falta caer con una verdad absoluta, hace falta dar explicaciones de porque estamos compartiendo la música que compartimos sin usar un diccionario acotado a shows «épicos» y artistas que «hacen vibrar». ISOS existe hace tres años y yo comunico música desde los 16, todavía no se que es un show vibrante.

¿Pero que otra responsabilidad tenemos los medios? para mi, estar a la altura. Al igual que todos los participantes de este juego. Voy a tomar citas de Indie Sonico, un blog mexicano que, después de una tragedia en un mega-festival declararon lo siguiente:

«Mucha gente piensa que tener muchos seguidores significa vivir de esto, pero esta muy lejos de la realidad. Para eventos y marcas, los medios y creadores son solo herramientas de difusión que valen lo que publican.

Se espera trabajo gratis, hables bien del evento y entregues material, pero si haces una crítica, te bloquean o te excluyen. La industria premia la adulación, no la honestidad.

(…)

Como medio, aceptas hacer ese trabajo para seguir siendo invitado, ganar interacción y «crecer». Pero el dueño del medio eventualmente, llegará a un punto en el que necesita delegar ese trabajo. Para tu beneficio tienes una fila interminable de estudiantes y gente que comienza a estar dispuesta a aceptar ir gratis»

Larga cita pero las pablaras me parecen más que adecuadas.

Los medios podemos ser merecedores de una retribución a la altura de nuestro trabajo pero, de nuevo, debemos estar a la altura. Ahí es cuando se vuelve injusto. Al igual que las bandas, estar a la altura es algo subjetivo ¿Qué vende un medio para merecer tal pago? rating, oyentes, interacciones, cosas intangibles que todos saben necesarias pero no puedo darte en mano una escucha a tu banda o la que, como productor, vas a traer para tocar ¿Puedo ofrecerte la cobertura fotográfica? por supuesto pero ahí llegamos de nuevo a la fila interminable de estudiantes.

Hace poco tuve una charla con un escritor de trayectoria en la cultura cordobesa. Su conclusión fue que falta formación. Esos estudiantes deben tener el horizonte claro, si estás estudiando periodismo, comunicación o marketing te estas formando como profesional. No regales tu conocimiento por una entrada gratis. SI tu horizonte es esa entrada gratis, lamento decirte que difícilmente vas a ser profesional. Algo más peligroso aún, serás la opción económica para hacer esto. Devaluando, así, el trabajo de los demás.

Lo llevo de nuevo a las bandas, si no buscan sus condiciones dignas o pagan por tocar, si no plantean su música como algo profesional, serán la mejor opción de una visión sobre la industria que no piensa en el arte.

«Vamos las bandas, rajen al cielo»
Vamos las bandas – Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota

¿Conviene?

Muy linda toda la charla pero solo hablo de valores y coordinar cosas. Lo reduciré a los dos negocios centrales porque esto solo se trata de mi visión.

1) si fomentamos una industria cultural de shows más sana, ver bandas locales será un gusto. Para el productor, una opción constante de saber que puede contar con las bandas de la provincia y ciudad. Esa banda, que con estas ideas y en un mundo ideal, estaría a la altura de dar un gran show. Con una diferencia importante: no necesitan hotel y ni pasajes. Por lo menos no tan caro como traer alguien de otra provincia. Para el publico esto debería traducirse en entradas más baratas.

2) Dueño de bar/venue, si la gente gusta de ir a tu establecimiento, usted venderá muchas bebidas y comida.

Es una visión utópica, quizás, pero ya citada hasta el hartazgo la frase «la utopía es el horizonte al cual caminar aunque no se llegue nunca». Tampoco me parece una locura, por supuesto que no hay lugar para todos. Vivimos en un momento de competencia por la atención en redes y crisis económica en el país. Quisiéramos vivir en un momento en el que no se haga necesariamente pensar en eso pero ya que estamos viviendo, busquemos la forma de vivir como nos gusta. Hoy toca armar nuestras estrategias para hacerlo.

«Tenes que cambiar de vida; Urgente y completamente; Ponete pillo por favor»
Se Acabó lo que se daba – Salas Velatorias