Barbi Recanati y Paula Trama: El arte de componer canciones
El viernes 02 de mayo, Barbi Recanati y Paula Trama se presentaron en Pez Volcán en formato acústico, presentando Diario de Canciones. Una noche cargada de reflexiones y familiaridad.
Texto: Luana Iluminatti
Una guitarra acústica, dos banquetas altas, una mesa ratona con un vaso de whisky. Sin hielo. No se necesitó mucho más para que Barbi Recanati y Paula Trama comenzaran su show en una noche semi veranil dentro de un Pez Volcán repleto de mesas.

Es que «Diario de Canciones» se caracteriza por dos cuestiones: una, su formato acústico. Otra, de la mano con la primera, su intimidad. Probablemente no pueden existir por separado, son inherentes una a la otra -un poco como ellas; Barbi y Paula-. La amistad de las artistas está atravesada en cada momento del show; se siente la cercanía y el cariño mutuo, cada momento se pensó -aunque parece sumamente espontáneo- con la certeza de su afecto.
Alrededor de las 21.30 empezaron con un claro aviso: no sería un show normal, como comúnmente suelen ser los formatos acústicos. Sillas, sí; mesas, sí; una guitarra, también. Pero las charlas, el ida y vuelta entre las artistas y chistes semi-internos fue lo novedoso. Lo distinto fue la explicación de composiciones. ¿Cómo tocar este acorde? ¿Que me expliquen cosas nerds que, seguramente, el 30% de acá solo entienda?
En absoluto. La explicación de las composiciones más allá de lo teórico: de dónde surgen. Por qué se crearon, cómo nacieron, hacia dónde quieren ir o hacia dónde están yendo. Qué ha entendido la gente durante estos años, lo absurdo y lo real.
El atractivo de las canciones está, mayoritariamente, en la connotación subjetiva que cada oyente le puede dar. La imaginación que supone, que se basa en una canción previa o, en casos de fanatismo, alguna historia que se supo de antemano. Pero también, al conocer la verdad propiamente dicha o la narración contada por quien la vivió, el tema cobra una experiencia diferente.
Y en eso se basa Diario de Canciones. Es abrir un cuaderno y encontrar, página por página, la fecha y el momento exacto en que temas como Para Darte o Helado Verde fueron escritas. La magia sigue intacta: a través de las palabras, entendés los por qués. ¿Qué estaba pasando por la cabeza de Barbi Recanati cuando, un día triste, quiso escribir Teoría Espacial? Café, humo, invierno, un programa de televisión sobre la NASA y un niño jugando.
¿Cómo fue que Barbi Recanati pensó una canción que, en realidad, estaba pensada para que la cantara Paula?
A lo largo de siete carátulas, las artistas dividieron su show según las temáticas de las canciones: Old school, Inspo ridícula, Epifanía instantánea, Canciones de lesbianas, Sin vos no existiría, Exagerar para la causa y Robo elegante. Cada una habla por sí sola, pero ellas sobre explicaron los títulos porque así correspondía. Contar para cantar.
En un escenario casi oscuro en su totalidad, con solo algunas luces blancas sobre ellas -que comenzaron a fallar en un momento, pero supieron hacer reír al público mientras se solucionaba-, la intimidad entre las más de 100 personas presentes se sintió realmente cercana. Fue una intimidad colectiva, donde todxs supieron escuchar de manera atenta y largar carcajadas cuando era necesario. Porque, como era de esperar, el carisma de ellas se apoderó del lugar.
Quizás, desde afuera, pensaría que los chistes no logran entenderse, que son lo suficientemente íntimos entre dos personas que se conocen hace demasiado tiempo y unx quedaría ajenx a lo que está sucediendo. Desde afuera. Desde adentro del Pez, la integración es tal que ya formás parte de su círculo.
Y conocés personas -o personajes: cambiaron algunos nombres al momento de contar anécdotas por obvias razones-, entendés lugares e imaginás situaciones que, en realidad, sí pasaron. Lo cual es, además de cómico, novedoso: Cómo yo, en primera persona, voy a estar sabiendo qué hacía Paula al componer Cómo Estás.
Durante más de dos horas, los detalles fueron amplios, atrapantes, pero la mayor característica del show es justamente esa: saber los detalles porque ellas, desde su lugar de personas compositoras, te lo cuentan. A vos, que estás sentadx y enfrente, siendo un simple espectador. Y la intimidad que fueron logrando no logra replicarse en palabras. Esto es un mero intento de que puedan sentir lo que se vivió el viernes.
También de pensar más allá de lo que escuchamos en los discos. Yo, oyente, lo siento y lo vivo por este lado. O me atraviesa por este otro. Pero, ¿qué queda para quien lo compuso? ¿De verdad lo percibimos de la misma manera?
Compartir las vivencias como una experiencia sublime. La pandemia, lxs hijxs, el chisme. Las relaciones: románticas, amorosas, familiares. Los desencuentros y los encuentros, las casualidades y también la ridiculez.
Al arte de componer canciones, Paula y Barbi le quitaron bastante peso. Vivir alguna experiencia o revivir alguna cercana. Solo se necesita una guitarra acústica, dos banquetas altas, una mesa ratona con un vaso de whisky (¿sí?).
