«Para tocar te exigían vender entradas» el recuerdo de Convoi

La banda hardcore Convoi regresa, por única fecha que compartirán con Levantamiento Neblina y Whither. El show será el 19 de julio a las 21:00hs en el escenario de Pez Volcán. En la previa hablamos con Cristian Edge y «Pupina» Plomer -integrantes de Convoi- para conocer como era la escena musical cordobesa en el primer periodo de la banda. Cuando la centralidad de la música cordobesa pasaba por la zona del abasto cordobés. Conseguí tus entradas en Alpogo.com

Entrevista: Santiago Mansilla

Gentileza: Convoi

Cambió mucho la dinámica de la música en la ciudad ¿Que recuerdan de ese momento, persona que acompañaron, bandas de la escena…?

P: Había, fundamentalmente, muchos varones. Era una época en la que éramos poquísimas las mujeres que tocábamos, me refiero a dos o tres. Pero bueno, chicos había muchos. Gente que pronto apoya, gente que apoya la escena o gente que ha estado. También ha sido parte como. Como el Bruno, fue baterista de Convoi en la última etapa. Nos colaboró el Mati, también el «Bocha» (Bochaka). Toda esa gente que también ha estado también desde el principio.

C: Gente que ha ido a los conciertos o a los recitales. También desde el principio nos ha acompañado y que ahorita por el regreso han estado pendientes. También viven con la misma nostalgia y emoción lo que estamos viviendo. Para nosotros eso es importantísimo, lo que nos motiva a seguir, a hacer lo que vamos a hacer. Un montón en las redes y organizado esto. Una banda de la época que tocamos nosotros y que todavía siguen tocando es Pieles, tope de gama. Bueno, en esa época era más que nada el Abasto.

Casi todo se mudó del abasto a Güemes ¿Cuáles eran los lugares que formaban de la escena?

P: Cinco años es un montón de tiempo. Veníamos hablando con el Cris de que loco como el Abasto se descentralizó. Era una zona muy insegura, vamos a decir todo. De difícil acceso, pero un lugar icónico para las bandas de la escena hardcore, post-hardcore, metalcore y todo ese palo era Abasto 44. Era un galpón que queríamos mucho, pero era un galpón, sonaba muy mal. Después estaba Captain Blue, Guernica, Casa Babylon que sigue todavía. ¿Qué otro lugar había?

C: Igual, antes del Abasto, nosotros pasamos por Club 69 y toda la zona de Alberdi. Nacimos en Belle Epoque cuando la movida era ahí. Después fue la zona de Alberdi. Después, ahí sí fuimos a la zona del Abasto.

Abasto 44 era el lugar donde más abría las puertas, pero el riesgo era electrocutarnos o que algo pasara ahí. Era como el CBGB, pero muy cuartetero. Era genial. La pasamos genial y era el lugar donde la oportunidad de poder presentarse. No importaba la estética, no importaba nada. Era el momento de pasarla bien con los amigos, pasarla bien con esas bandas.

P: También éramos muy chicos, entonces no teníamos conciencia del peligro y realmente íbamos al Abasto, que era muy peligroso. Era peligroso acceder. Yo vivo cerca, no voy a criminalizar mi barrio, pero era peligroso acceder. Las condiciones para tocar… no sé… a veces se llovía el techo y estábamos tocando. Caían goteras sobre los equipos. Y nosotros como «no pasa nada (en tono sarcástico) el agua no conduce la electricidad».

¿Qué sucedía en el Abasto? ¿Cómo era una dinámica de ir a «una fecha en el abasto»?

P: Era distinto porque también la legislación de Córdoba era distinta. Las bandas podían tocar hasta las 5:00. Entonces era todo muy tarde. O sea, las fechas empezaban a las 00:00. Capaz que la primera banda tocaba a la 1:00 y la última a las 5:00. No había un post a no ser que seas de la gente que va post. Lo que se solía hacer era, sobre la costanera, hacías una previa en la calle tipo. Y de ahí ibas al resto. Pero era todo muy tarde. De hecho, sí, nosotros hemos tocado 4:30 y hemos tenido que sacar temas porque se cerraba el lugar a las 5:00.

C: Antes de Convoi yo tocaba en otras bandas más hardcore y muchas veces salía de tocar. Yo tocaba en un call-center. Entraba a las 6:00 y a las 5:00 todavía estaba tocando en el Abasto. De ahí salir corriendo a trabajar el call dormido. Muchas veces me tocaba ponerme unos lentes, hacerme el que estaba trabajando y mentía que no estaba dormido. No estaba atendiendo llamadas, pero ese es como era el ritual espiritual. Muchas veces la hice, era parte de eso.

P: No me acuerdo si fue con o con alguna de las otras bandas que tuve, pero que una vez tocamos en un lugar que estuvo abierto muy poco tiempo, que era más en la zona del mercado, que era una carnicería. Cosa Nostra se llamaba. Todas las paredes eran de mosaicos. O sea, imaginate cómo rebotaba el sonido ahí. No había nada que chupe sonido. Era un caos y nosotros nosotros tocamos.

Vendimos entradas, que eso también era algo muy distinto. La cuestión de las ventas de entradas hoy es re colaborativo. En ese momento era arrancarse los ojos para vender entradas, porque para tocar te exigían vender entradas. No es que si no vendés entradas no pasa nada. Si no vendés entradas tenés que poner la plata equivalente a las entradas. Entonces era medio una carnicería entre bandas.