Mediterráneo en Sala Formosa
La productora Esto no es cine presentó el domingo 3 de noviembre, en Sala Formosa, el primer ciclo de Mediterráneo. Un espacio destinado a impulsar la cultura local. A la Vera, Lucía, Pichuco y Gen Vórtice fueron les encargades de dar inicio al acontecimiento del domingo.
Texto: Luana Iluminatti
Fotografía: Fer Aciar

Apostando no sólo por lo musical sino también por lo visual, la primera edición del ciclo Mediterráneo supo reflejar con mucha certeza la escena de Córdoba: hay proyectos tan distintos como similares, uniéndose por un punto en común, que es la experimentación sonora.
“La idea de este ciclo es generar un puente entre distintos lugares, potenciando la conexión entre artistas y retroalimentando a las audiencias. Mediterráneo se convierte así en una especie de refugio compartido, donde lo nuevo y lo conocido se convierten en un mismo elemento”, contó la productora a Isos.
Con Sala Formosa como lugar de encuentro, el evento no dio comienzo hasta pasadas las 21 hs. Un público tímido al principio, recibió con mucha fuerza a Pichuco, la banda encargada de abrir la noche. Y una vez más demostraron que, cuando lo instrumental es tan intenso, la emoción se siente aún sin una voz presente.

Presentaron varios temas de su EP titulado Así lo Incierto, que estrenó en abril de este año, pero además adelantaron algunos de los que vienen trabajando hace un tiempo para el próximo año.
Los dos pequeños televisores ubicados al frente del escenario transmitieron visuales y circuito cerrado, por lo tanto, las cámaras captaron en todo momento y a tiempo real lo que sucedía en el escenario. De manera simultánea, se proyectó también en una de las paredes de la sala. Así, junto a solos de bajo y algunos otros de batería, Pichuco intimó con un rock fuertemente preparado para seguir sorprendiendo a quien sea que aparezca a escucharlos por primera vez. Un rock que se mueve en un eco inefable.
Anticipando lo que será el primer disco, Gen Vórtice fue el segundo grupo en subirse al tan luminiscente escenario. Con sonidos electro-pop y rock, hicieron bailar suavemente al público durante más de 40 minutos.
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Visual y estéticamente, captaron la atención de manera rápida, a través de vestuarios con telas, sedas y prendas largas de ropa, cabellos sueltos que encajaban a la perfección con el movimiento de Sala Formosa. Atuendos preparados para la ocasión, para el collage sonoro que representan.
La fusión es clara: sonidos que recuerdan a Soda Stereo, a Pink Floyd, incluso por momentos a Peces Raros. Texturas sonoras y ambientes oníricos se hacen presentes en sus dos sencillos, Presagios y Dónde vas corazón, disponibles en Spotify para calmar la manija pre-disco.
Cerca de las 23, A la Vera, Lucía fue la banda encargada de cerrar la primera edición de Mediterráneo. Con letras poéticas que logran conectar fácilmente, como “La uña de luna que curva sus plumas es lo que intento tallar en mi pecho para que ponga aquí su boca el viento”, la banda resonó profundamente con el público, creando un ambiente cautivador que se realzó con un juego de luces que acompañó cada momento del show.
Llegando al final, y motivados por la conexión músico-sensorial, A la Vera, Lucía contó con la actuación de una poeta, Luciana, quien aumentó la performance vivida hasta ese momento del evento. Con pequeños movimientos en cada sección del escenario, de a momentos un libro en mano y de a otros un peine, utilizó elementos que se integraron creativamente con las canciones.

Luciana publicó un libro llamado Todas las cosas del mundo algún día serán basura, con la editorial Caballo Negro. Además, gestiona un espacio llamado Estudio Fantasía (en Rivera Indarte 113), donde se realizan muestras de arte y talleres.
La productora comentó que estos tres proyectos, en principio, parecerían ser muy diferentes, hasta pero fue en el escenario donde se pudo ver el puente entre las tres propuestas. “De repente fueron el combo perfecto para invocar sentimientos y sensaciones en el cuerpo”, concluyó.
Esto no es cine contó que “lo que diferencia a Mediterráneo es su intención de crear algo que “no sea cine” en un sentido literal y metafórico. Este es un proyecto que busca estar conectado a lo que pasa y siente el territorio, con una comunicación clara y un propósito”.
Cada visual, cada luz cuidadosamente dispuesta e incluso cada vestuario, en su mayoría vibrante, supo acompañar de manera sublime a las tres bandas cordobesas. La atmósfera se transformó en un espectáculo envolvente, donde los colores se entrelazaron con las melodías, creando una experiencia sensorial completa.
Si hay algo que indudablemente unió a cada proyecto en la noche del domingo, además del entusiasmo visible, fue la búsqueda por la experimentación. Por saber unir, en un mismo tiempo y espacio, no solo melodías sueltas sino también mezclas de géneros y vivencias. Incluso por no quedarse con aquello notorio a simple vista; las formas de narrar, de que cada canción logre ser perceptible para cada cuerpo presente.
Esto no es cine cierra el año con dos ediciones más para el ciclo Mediterráneo: 30 de noviembre y 21 de diciembre. A Isos, le adelantaron que el eje de la próxima fecha será el formato electrónico LIVE SET, con tres proyectos tanto locales como de afuera. Hay un invitado que presentarán pronto, y buscarán generar el ritual de tormenta con el que trabajan en cada edición.




