Buenos Vampiros en Casa Babylon

Texto por Federico Rodriguez
Fotografía por Matias Egea

Post punk en crecimiento, con Buenos Vampiros, Tomates en Verano y Sasha Eter en Casa Babylon

En una noche cálida, en un bosque de cemento y bordeando los márgenes finos del río en Córdoba capital, la magia nocturna se apodera con la llegada de sus criaturas preferidas. Remeras negras, muchas con estampas de bandas del momento y esos largos tapados que impregnan una visual semi gótica, pero siempre en un espacio lumínico y de sonidos elevados. Es noche de post punk electrónico, shoegaze y pop melancólico para encantarse.

Sasha Eter

Sasha Eter es la nueva banda cordobesa que abre la noche fusionando post-punk y EBM (electronic body music, según reza su IG), recientemente fichados por el inquieto sello local Nagasaki Records. En este caso siguiendo una línea similar a bandas colegas en la escena, como Rosa Profunda, donde la intención de acercarse a la electrónica ochentera, oscura y repetitiva, con ambientes sintetizados pero también con guitarras distorsionadas (a cargo de Manu Collado), hacen un mix agitado e industrial arriba del escenario con un buen puñado de canciones. Hay efectivamente ciertos dejos naturales de melancolía y misterio en sus letras y en la ejecución en vivo de su disco debut “Su Propio Gris”, pero se destaca una energía más movilizante y rockera en alta velocidad que otros proyectos en desarrollo. Y eso, es bastante motivador para toda la renovada escena post punk cordobesa que no para de crecer.

Tomates en Verano

En acción desde el 2002 con base en Mar del Plata y con 4 discos ya editados por Casa del Puente Discos, el trío hoy integrado por Carina Monjeau en bajo y voz, Ignacio Giobellina en guitarra y Pedro Moscuzza en batería, son la banda indiscutida y estandarte de la escena shoegaze en Argentina. Y tal vez de toda la región sudamericana. Y en esta presentación en Casa Babylon, dejaron bastante clara la huella de esta afirmación con set aplanador para la patriada indie cordobesa. Elementos como estridencias y volúmenes exacto en las guitarras de Ignacio (papá de Luana, bajista de Buenos Vampiros), las bases grooveras de Pedro y la voz hipnotica, como de una hada mistica envuelta en sueños, de Carina (mamá también de Luana Vampira) fueron los grandes hacedores en una noche que se revistió de músicas que se imponen con más fuerza en los corredores mediáticos o de influencia comunicacional a nivel nacional.

Buenos Vampiros

El cierre, a cargo de Buenos Vampiros, fue un éxito asegurado antes de su subida al escenario. Una banda que viene apostando fuerte por sí misma, gracias a su caudal artístico y su extrema personalidad, presentando siempre su versátil cancionero de pop melanco donde abundan melodías inolvidables, guitarras bien afiladas (con recambio en el caso de Nacho, gracias al aporte de las bandas previas), bases rotundas y letras que esparcen gritos al unísono y brazos en lo alto. También hay manija personal por mostrar lo nuevo que se viene (fuerte rumor de tercer disco en Julio), con canciones como “No tengo idea” y “Puedo ver el mar en tus ojos”, que ya han sido publicadas como adelantos. Y todas ellas con un aguante tremendo por parte del público local que cada vez se acerca más al pogo y al fanatismo revisitado en el merch abundante en las afueras del venue.

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